La magia existe, siempre y cuando te decidas a ir a su encuentro, salirte de tu zona de confort, de tu casa, de tu cuarto calientito y seguro y salir a la intemperie de un día lluvioso, y encontrarás que el misterio esta en todas partes, cuando no tienes expectativas, ni obsesiones, ni interés personal en obtener ganancias. Cuando tu dialogo interno no interviene para evaluar, para decirte qué es qué, y en su lugar solo queda el asombro de lo que el día te presenta.

Cuando te levantas por la mañana y te propones hacer de tu día una aventura, algo diferente; y fluir con la energía, sin imponer tu deseo, y entonces el mundo se vuelve desconocido, algo por descubrir; y vas de puntitas, como Alicia en el país de las maravillas al agujero del conejo, te conviertes en el espectador más que en un controlador, con el tiempo contado para cumplir con los quehaceres diarios, generar dinero, sobrevivir, etc.; y sales del: “no tengo ganas”, “afuera llueve, la voy a pasar mal, hace frío”. Si no te atreves, nunca sabrás lo que el destino (el infinito) te tiene preparado: la magia, el encanto, la sorpresa, y darle la oportunidad a tu espiritú de regocijarse en lo deconocido, lo inesperado, y decir que tu día valió la pena de vivirse

Renata Mar